La llegada...

El sol se había ocultado hace algunas horas.
Tuve que esperar a que se ocultase por completo, no queria llegar con quemaduras. Mi espera fue en una cafeteria cercana, en el rincón mas oscuro de esta para ser exactos.
Llevaba puestos unos jeans negros y una blusa de manga larga pegada al cuerpo blanca, el pelo lo llevaba atado en 2 coletas por lo que pase como cualquier ser.

"Es hora..." - murmure para mí, tome mi equipaje, era poco, el démas había sido enviado por adelantado para llegar a mi respectiva habitación, seria profesora.
Podria llegar a ser una buena experiencia o no.
Camine por algunas cuadras hasta llegar a la entrada de la academia, la observe sin mas para luego entrar en esta, practicamente era desconocido mi proposito en verdad, ¿solo diversión? era mi pregunta.

Me encontraba en mi despacho revisando unos papeles con toda la información sobre la nueva profesora que recientemente había ingresado en la academia. Mi mesa estaba hasta los topes de blancas hojas de papel desordenadas por todos lados, era bastante molesto hacer todo aquel papeleo, leerlo y releerlo cada dos por tres para tener toda esa información archivada en el cerebro. Al parecer la nueva integrante del cuerpo docente era una vampira, ciertamente era la primera vez que veía a otro vampiro desde que llegué a este lugar, ya que antes yo era la única de mi especie. En parte me alegró, pero por otro lado sentí que mi territorio había sido invadido por el enemigo, el cual estaba dispuesto a eliminarme del mapa y ganar mi puesto, cosa que nunca sucederá. Acabé de ordenar unos cuantos papeles, los dejé en la mesa junto con el resto de las pequeñas montañas que estaban formadas sobre ella y suspiré de cansancio, aquel era un trabajo duro, pero yo lo había elegido con lo cual era mi responsabilidad. Volví a coger aire para que mis fuerzas retornaran y salí de la estancia.
Caminé por los largos pasillos de negras baldosas de las que la academia disponía rumbo al hall principal para darle la bienvenida a la nueva profesora que, según estaba escrito en uno de esos papeles, estaba especializada en la magia negra. Aquel desolado lugar se iba llenando poco a poco y eso me llenaba de gozo. Pensar que tan sólo girando una pequeña y antíquisima llave de oro desgastado para abrir una cerradura oxidada, se podría dar educación a cientos de personas, y yo como su lider. El puesto de directora me hacía sentir bastante importante, y era cierto que lo era, pero por el contrario a veces se me hacía demasiado pesado. Sin darme cuenta ya esta al pie de uno de los desdobles de la gran escalera en "Y" que nada mas entrar era bastante visible. Uno a uno fui bajando lentamente las blancas escaleras de mármol, levantando la falda de mi vestido para poderme ver los pies y sobre todo no pisarla y caerme. Marcando el ritmo de mis pasos con el sonido del tacón mediano de mis botines con cordones color madera. Finalmente me coloqué frente al gran portón de madera que daba aceso al exterior. Allí estaba ella, la nueva integrante del cuerpo docente. Por su aspecto diría que era una alumna, su apariencia en mi opinión era un tanto infantil. La observé meticulosamente antes de decirle nada, ciertamente no esperaba que su apariencia fuera tan aniñada. Francamente me sorpendió pero mi rostro ni siquiera se molestó en cambiar a la expresión determinada para ese sentimiento, es su lugar seguía teniendo el mismo rostro serio y neutro.

- Bienvenida a la Academia Night - le dije finalmente - ¿Es usted la profesora Lamperouge? - Le pregunté para después lanzarle una mirada penetrante para así analizarla com todo detalle.

¿Qué ocultaba aquella alma? Sólo a través de sus ojos lo sabría, por eso no aparté mi roja mirada intensa de la suya ni por un instante. Quería saber que clase de vampiro había pisado mis dominios. ¿Estaría contra mí o conmigo?

Ya habrian pasado algunos minutos de mi llegada a la entrada de la academia, observe fijamente cada lugar hasta el mas mínimo, había un olor que persivia, era una vampireza de alto rango,el unico olor de aquel tipo, mi olfato dedujo que debía de tener mas de 1000 años, seria interesante ver a alguien de aquella edad, hace tiempo que no me topaba con un vampiro que estubiece cerca de mi edad.
El olor se acercaba hasta que quedó enfrente mio, la mire fijamente, escuche que me preguntaba si era la profesora Lamperouge, me quite los guantes que llevaba puestos, claro estos de color negro y los guarde en mi bolso, dejando ver mis manos y mis uñas pintadas del mismo color que mis guantes, la volvi a mirar, segun parecía era la directora, por supuesto, un vampiro de alto nivel no podía ser algun estudiante, deje mis pensamientos para empezar a hablar con aquella presencia.

Asi es... - respondí con tranquilidad, la observe con mucha lentitud, ¿enemiga? los vampiros suelen ser territoriales, no me importa quitarle o no su puesto, solo venia a distraerme en estos interminables años - Usted debe ser la directora Ayaka Shira - musite dejaba de observarla, parecia una respuesta con una respuesta muy obvia.

Mi apariencia siempre decía que no pasaba de 16 años, pero asi deberia ser, los vampiros nunca disimulan su verdadera edad, si la disimulase seria polvo.
La miré denuevo, al parecer estaba pensando que si era enemiga o alidad, en verdad no quería pelear en ese lugar, estaba cansada, aunque no necesitase dormir, ¿debía?.
Dejé mis pensamiento de lado, esperando respuesta de la vampireza que se encontraba frente a mi.