[Priv] Buscando información~

Era ya algo tarde por la noche y no podía conciliar el sueño, tras pasaba cada año comenzaba a sentir el peso de la vejez aunque solo aparentara unos ¿30? si, más o menos eso quizás menos a saber. Se paseo por los pasillos buscando un método de como poder quitarse todas las molestias que estaba sintiendo, sabia que de seguro era por la pesada vida que solía llevar y el cambio repentino de ser maestro.

Entro a la biblioteca, era enorme repleta de estantes gigantes que llegaban hasta el techo, era como la mansión del conde drácula, tan escalofriante como era de suponerse. Eso le gustaba, la oscuridad, lo que estuviera carente de colores y la tranquilidad.

La biblioteca se encontraba dividida en secciones, como ni siquiera la bibliotecaria se encontraba a tales horas tuvo que hacerlo todo solo, se encamino hasta el mesón y busco entre todas las carpetas las divisiones de los pasillos, ni de joda los revisaría uno por uno, pasaría el resto de la noche intentando dar con el que el buscaba.

*En el cielo se divisaba una especie de ave, con unas grandes alas, pero su cuerpo era humano, más contretamente de mujer, al parecer la pelirroja habia salido a cer un paseo, paseo en al que no queria ser vista, ni a la hora de irse ni a la de volver, por eso para salir habia utilizado una de las ventanas de la inmensa y antigua biblioteca, nadie se daria cuenta en un lugar tan grande y tan poco transitado, y tampoco les pareceria extraño si en aquel lugar hacia algo más de frio que en un aula normal, ya que al ser más grande y solitario era algo comprensible, no imaginarian que se debia a que una de las ventanas estaba a medio cerrar, ademas, a tan altas horas de la madrugada no habria nadie despierto, ya que los seres nocturnos estarian cazando y los diurno durmiendo, era la via de escape perfecta, y a la joven no le hacia falta dormir mucho. Asi pues utilizando la misma ventana que para salir se adentró en la biblioteca, aun con sus alas a la vista, y se arregló un poco la ropa; como su cuerpo podia modificar la temperatura no le hacia falta ir abrigada aunque la noche fuese heladora, asi que con una camiseta con la espalda al descubierto no pasaria frio, puesto que si usaba cualquier otra prenda seria rasgada por sus alas demoniacas, teniendo esto en cuenta llevaba puesta una camiseta de tirantes con un pronunciado escote que dejaba al aire toda su espalda, y que se cortaba un poco antes de su ombligo, uniendose por una corta extensión de tela por detras, al acabar sus costillas; una falda de gasa negra, escalonada a volantes, con unas botas de tacon altas, de piel negra, atadas con cordones negros de arriba a abajo. A mediama que caminaba sus alas iban mermando, cada vez más pequeñas, hasta, al parecer, introducirse nuevamente el la pelirroja* Ah... *No pudó evitar dejar escapar un suabe quejido cuando estas acabaron finalmente de "volver a ella", no le dolia sacarlas ni usarla, tampoco guardarlas, ya no, pero justo cuando acababa de guardarlas un extraño sentimiento la invadia. Que estraño, no recordaba la biblioteca como estaba ahora, podria ser... Habria alguien más alli? La habria visto entrando por la ventana o volando? Y sus alas, las habria contemplado? O podria haberle seguido hasta alli? Y más importante, quien era? Se alarmó un poco, habia luz, y olia a algo diferente, pero no era algo humano, bueno alli no habia nada humano, pero ahora mismo el olor era de muerte, olia a cadaver en la sala, que habia ocurrido en su ausencia? Al no saber donde se hayaba el intruso rapidamente se escondió entre las sombras, aunque seguramente ya la habia detectado, ya que la pelirroja no esperaba encontrar a nadie alli, se habia confiado demasiado, quien seria el invitado innesperado?*

Suspiro pesadamente mientras se quitaba las gafas y las dejaba sobre la mesa, tratar de leer esos garabatos le había salido mucho más complicado que descifrar los jeroglíficos de los libros que siempre estudiaba. Se sentó en el suelo a descansar sus ojos gastados de tanto leer al tanto le daba ligeros vistazos a su bata, estaba bastante deteriorada. Se había pasado dos noches entera trabajando con cuerpos en plena descomposición, tenía el olor de los cadáveres de dos mujeres impregnados en la ropa, no es que le fuera desagradable (Ya no), había llegado a tal punto que incluso la pudrición del delicado cuerpo de una chica podía llegar a ser de su gusto. Las manchas secas de sangre se extendían solo por los bolsillos y las mangas, tendría que volver a usar otra ropa, no quería tener problemas con los quejicas que nunca faltaban en las clases.

-Parece que tengo un visitante-Murmuro entre dientes mientras sacaba un cigarro, no presto atención a lo que ocurría a su alrededor, pero si escucho cada ruido que producía. Un aleteo de alas, escándalo con tacones, lo que le hizo determinar enseguida que no trataba con ningún troglodita, eso era bueno, ya se estaba cansando de que sus propios alumnos le quisieran poner a prueba en una pelea, todos eran chicos que intentaban sobreponerse a sus métodos en un intento por verse “geniales” patético diría él, sentía lastima por gente como esa.

Con un poco de agotamiento se puso de pie en la oscuridad, con el ajetreo quien estuviera ahí había apagado las velas que tenía. Saco un encendedor y prendió su cigarro mirando de frente con un rostro parco que no demostraba ningún sentimiento.

-Muéstrame tu pase nocturno-Le pidió de la forma más amable que fue posible, aunque no lo logro a decir verdad. Los alumnos que debían salir por la noche tenían pases para lograr mantener el orden y estaba casi seguro de que la chica que estaba ahí no lo tenía y si era el caso…pues tendría trabajo extra.

*Escondida entre las sombras podia divisar el cuerpo de un hombre en el suelo, era el quien olia a cadaver, o más concretamente sus ropas, desprendian un edor repugnanate para la joven, le resultaba bastante desagradable; pues aunque ya estaba acostumbrada al olor de la muerte, puesto que ella misma lo desprendia, no acababa de gustarle el putrefacto aroma que desprendian los cuerpos en plena descompasición. Llevaba un bata blanca, seria alguna clase de enfermizo cientifico o medico? Al ser todavia una recien llegada no le conocia, tampoco es que tubiese algun interes en conocerle, no le gustaba ni el aroma ni el aura de ese hombre, aunque despertaba vagamente su curiosidad. La blanca bata estaba manchada de sangre, que bello color, a pesar de odiar el aroma a putrefacto amaba el de la sangre, pues aunque no era vampiro para la pelirroja este nectar era excitante, su color rojo, su sabor a metalico, su calor, le gustaba todo lo relacionado con esta. Oh, ya la habia descubierto, al parecer aquel hombre tenia un instinto bastante bueno, ah, cigarros, casi parecian un sueño, a ella le quedaban muy pocos y se habia olvidado comprar más, aunque dudaba que el docente le diese uno, puesto que todavia era un "niña pequeña". Mordió su labio llevando la mano a su bolsillo, para comprovar que tan solo le quedaba uno de estos adorados cilindros suyos, si le atrapaba se lo robaria, todo menos eso, ella sin tabaco se desquiciaba. Se habia puesto de pie, pensaba buscarla? Oh, el cigarro, la chica aspiro profundamente, oliendo el aroma del tabaco, que se sobreponia al de la putrefacción, como amaba ese aroma, mostrarse, eh? Quizas la hacia. Se llevó los labios su ultimo cigarillo y de su dedo indice salió una pequeña llamita, con la que encendio el cilindro y que por si sola se apagó segundos despues, escondida aun entre las sombras dió una calada a su cigarro, y saliendo de detras de un inmenso mueble, que almacenaba una gran cantidad de libros, susurró tranquila y sonriendo maliciosamente* Me buscaba?... Lo siento, pero yo no tengo uno de esos pases, soy nueva... *Contestó con una dulzura hipocrita hasta el extremo, se relamió sus labios suabemente, ese hombre, quien seria? Y por que iria cubierto de uno de los liquidos favoritos de la pelirroja, la sangre? Sus ojos parpadeaban suabemente, comenzaban a ponerse en un tono carmesi, le estaban entrando ganas de hacer al desconocido probar su "calor", la chica no pudó ni quisó evitar relamer sus labios sensualmente, algo interesada en el supuesto doctor* Oh, sensei, le ha ocurrido algo? Va cubierto de sangre...

Si creía que por ser nueva el tendría dulce compasión, estaba muy equivocada. Los errores eran inaceptables y más cuando se rompían las reglas de ese modo. No tenía ninguna moral de seguir el orden de las cosas, pero mientras tuviera un trabajo y un lugar estable donde trabajar, no le importaría actuar con hipocresía. Además que por alguna extraña razón se le daba muy bien.

-¿Esto? Ah…restos del trabajo-Señalo la sangre de su bata con total indiferencia, como si fuera una mancha de mermelada de fresa.

-Tendré que informarle a la directora que te encontrabas deambulando sin pase…que liazo…justo cuando tenía cosas que hacer-Murmuro lo último para si mismo como si hubiera olvidado que no estaba solo. Tanto que hacer y tener que llevar alumnos a la dirección, pero no podía dejarlo pasar. Con un poco de suerte podría quedar a su cargo y juicio sobre que hacer con ella. Le estaban faltando manos que le llevaran los cuerpos del cementerio hasta el laboratorio. Y si…No, sería muy cruel incluso para el, no podría pedirle algo como eso para que se saltara un castigo, aunque en los días de hoy los jóvenes eran capaces de muchas cosas con tal de no tener conflictos. Stein estaba comportándose tan maquiavélico como en sus tiempos mozos, pero que recuerdos más maravillosos. Pensó dejándose llevar por la nostalgia.

*Oh, oh, al parecer no se libraria tan solo con decir que era nueva, y aparte de eso su olor a sangre estaba despertando su "instinto", actuaba tan tranquilamente, ya debia estar acostumbrado al olor de la muerte y la putrefacción, debia de llevar mucho tiempo haciendo lo que quiera que ese hombre hiciese con los muertos, puesto que sus sentidos debian de estar bastante desarollados, ya que habia detectado a la chica en muy poco tiempo y aun asi parecia soportar aquella insoportable peste. Sus ojos cada vez se teñian más de rojo, entonces lo vió, en su bata, a la altura del pecho del otro, habia un mancha más reciente de sangre, no dudó en dar un paso al frente y apollando su mano en su otro pectolar se acercó lentamente a èl, hasta lamer sensualmente la infima mancha* Gomen sensei, pero no tengo tiempo que perder... *Le sonrrió traviesa y la mano que reposaba sobre su pecho se pendrió haciendo arder la bata blanca, olor a quemado, ese olor tambien excitaba la sangre demoniaca de la chica, aprovechando la confusión dió un paso atras y dejando salir sus grandes alas intentó huir del lugar rapidamente, llevando el cigarro que descansaba entre los dedos indice y corazon de su otra mano a los labios de la chica, para dejarlo depositado sobre estos, hubiese sido interesante luchar contra aquel hombre, muy interesante, pero no era prudente buscarse una pelea con alguien peligroso, y ovbiamente él lo era, aunque no creia que la fuese a dejar escapar tan tranquilamente* Ese olor a putrefacto... debe de tener alguna habilidad relacionada con los cadaveres, ademas, al parecer era profesor... Nigromancia?... *Susurró en voz baja, autoreflexionando, mientras se movia rapidamente, volando en dirección a la ventana que ya antes habia utilizado para salir. Deberia de haberle preguntado el nombre, pero es que no lo habia podido evitar, el color escarlata le llamaba desesperadamente, su cigarro se estaba consumiendo, y ese era el ultimo, si conseguia salir por la ventana apreveccharia para ir a comprar más a la ciudad, no podia esta sin fumar demasiado tiempo*

Cuando le tuvo cerca no sintió nada, con el cigarro en la boca se quedo mirando estúpidamente al infinito, como si todo lo que dijera no pudiera entrar dentro de su cerebro, algo así como que el procesamiento de su mente era el de un aparato viejo, necesitaba cargarse con lentitud y ser tratado con cuidado. Pero hubo algo que si le hizo quitar toda esa inmovilidad, levanto el pulgar ante ser reconocido asintiendo con la cabeza como un pavo real complacido de que vean sus plumas. No se había inmutado a que le atacara, el aire empezaba a llenarse con el olor de la tela quemada. Su bata quedo calcinada, pero por algún motivo el resto de lo que llevaba seguía en su mismo estado.

-Ara…que rápida-Murmuro en cuando le vio escapar, sin quitarse de su sitio pisoteo fuertemente el suelo con sus botas negras de general prusiano esperando que sus amigos hicieran todo lo demás.


Cuando la chica creyó que por fin iba a escapar por la ventana dos cadáveres cayeron del techo tomando lo que parecía ser un par de delicadas alas. Con el enorme peso que llevaba su cuerpo cayo al suelo sobre una montaña suave, no sería tan bruto a tales horas. Esperaba que no se aterrara ante el escenario en la que la tenía, debajo de su cuerpo se encontraban partes de diferentes cuerpos formando una cúspide, como si hubieran salido de la nada empezaron a arremolinarse sobre ella, aunque mucho no podían hacer, simples piezas sobrantes no eran tan útiles.

-Tener que sacar a mis dos chicas favoritas, solo para detenerte-Se acerco lentamente a ella tomando de los brazos los dos cuerpos de lo que quizás alguna vez fueron dos hermosas mujeres, una tenía el cráneo totalmente destrozado y el rostro dejaba ver una nariz respingada con tonos negros y algo de sangre coagulada que se le resbalaba por la comisura de los labios. De cintura estrecha y quebrada se mantenía con un tino encantador de niña apretando con fuerza la mano de su “salvador” la otra era una rubia, aun le quedaba algo de cabellera sobre esa cabeza, era más alta y se veía más feroz, no poseía rostro, pero si un cuerpo bastante exuberante, lo único que traían enzima eran unas ropas de enfermera que no podían verse más destartaladas.

*Lo habia conseguido, ya era libre, pero desafortunadamente su predicción se hizó realidad, no seria tan sencillo escapar de él, dos pesos muertos, nunca mejor dicho, puesto que eran un par de cadaveres medio desfigurados, que al parecer, obedecian a las ordenes del otro. Habia acertado tambien con su otra reflexión, ese hombre era un nigromante, que interesante, en sus ciento y pico años de vida posiblemente esta era la primera vez que veia a uno. Gracias al agarre de ese par de trozos de carne muerta la chica no habia podido continuar su vuelo, pensaba que caeria al suelo, no era una gran distancia, asi que una vez en tierra podria deshacerse de ellas y huir volando, pero para su sorpresa, no era tierra lo que se hayaba bajo su cuerpo. Si no que eran restos, una pila de restos humanos, olian a sangre y a putrefacto, que placentero y desagradable a la vez, era repugnante, pero tan solo eran trozos de carne podrida* Tener que sacar mis alas para irme, y que esas cosas las esten tocando... Ordenales que me suelten o las calcinare... *Susurró amenazante, por fin sus ojos eran escarlatas, solo se tornaban de este color cuando la pelirroja se enfadaba o excitaba en exceso, o bien adoptaba su forma demoniaca, y francamente, el hecho de que las dos muertas tocasen sus preciosas alas no le gustaba nada, la destrozaria ipso facto. Primero tocó sus botas, resignada a que ardieran calcinadas, la temepratura de sus pies aumentó rapidamente, hasta que estos estubieran rodeados de furgo, prendiendo asi la pila de cadaaveres, como una gran hoguera* Sensei, me gustaban esas botas, no podrias haberme dejado salir sin decir nada? No tengo pase ni creo que valla a tenerlo nunca, sinceramente, no me importa, con más de cien años ya tengo edad suficiente como para tener una ora de volver a casa... *Se alzó de nuevo, permaneciendo de pie en el centro de la hoguera, impregnando el ambiente con un desagradable olor a muerto, oh, que delicia para su olfato, su cigarro se habia calcinado tambien, pero apenas quedaba una calada, aunque era bastante, recordando que ya no tenia más* Ne, nigromante, como te llamas?... *Merecia la pena conocer su nomre, puesto que era algo interesante, un nigromante, era el primer nigromante que veia, como le entretendria aquel hombre? Que emoción, seguro que seria divertido convertirle en uno de sus muñecos a los que controlaba, en uno de esos cadaveres putrefactos, pero aun no, ahora tenia que ver de lo que era capaz*