Buscando comida...

Volví del río con hambre, así que cuando volví fui directamente hacia el comedor, ahí debían tener algo para comer. Solo esperaba que algo rico, por ejemplo dulces.
Hice una mueca al llegar para ver que se habían acabado todos los chupetines y caramelos, entonces agarre un pedazo de pastel. Al menos tenía azúcar.
Ocupe una mesa y lo empece a comer satisfecha.
-Ricooo-murmuré mientras me comia un poco de pastel.
Después de terminar de comer no sabía qué hacer, ir a mi habitación o ir a alguna parte. Era aburrido a veces estar aqui.

Tenía hambre nuevamente así que fui al Gran comedor buscando algo de comer. Entonces la vi. Sentada en una de las mesas había una chica de cabello violeta comiendo lo que parecía un dulce pastel, se veía tan apetitoso que un hilo de saliva cayó de mi boca. Mi estómago rugió, y decidido me acerqué sigilosamente a la mesa. Me situé debajo de la mesa, ya podía ver el rico pastel que había sobre ella. Mis ojos se iluminaron y sin hacer ningún ruido, deslicé mi dedo sobre la superficie y después me lo metí en la boca con el trozo de pastel que me levé por delante.

- Mmm... que rico.

Iba agarrar otro pedazo cuando me di cuenta que faltaba, eso me puso furiosa. Mire a ambos lados, y luego para atras y hacia adelante. No podía venir del techo así que me volví hacia abajo y vi a una persona, estaba disfrutando de lo que me había robado.
Una pequeña vena azul se ilumino en mi frente, mirandolo con odio.
-Te robaste MI pedazo de pastel-le dije amenzante, tenía ganas de hacerle escupir para que me lo devolviera- Nadie me saca mis dulces.

Mientras disfrutaba del dulce sabor del pastel, noté que me habían visto. Me descubrieron con las manos en la masa. Con mi dedo aún en mi boca la miraba un poco asustado, con las orejas hacia abajo. Me habló amenazante, yo no sabía que hacer. ¿Me disculpaba o salía corriendo por patas? Creo que sería mejor optar por la segunda opción dado el humor de la alumna pero fui valiente y escogí la primera.

- Lo-lo siento.

Respire hondo tratando de eludir mi enojo, aunque seguia ahí. Lo mire otra vez, me di cuenta que iba hacer en vano si lo obligaba a escupir mi pastel. Pero aun estaba molesta, me había robado uno de mis preciados gustos; los dulces!
Sonreí cuando se me ocurrio una idea, lo mire nuevamente. Pero esta vez sonriendo.
-Haremos esto, si me compras una bolsa de dulces te perdono-le dije poniendole en la punta de su nariz mi dedo índice.

Al parecer su enfado empezaba a desaparecer y yo iba subiendo poco a poco mis orejas. De repente me miró sonriente y puso su dedo índice en la punta de mi nariz. En ese momento dijo que me perdanaba si le compraba una bolsa de dulces, pero había un gran problema, yo no tenía dinero. ¿Qué podría hacer? Esto se estaba volviendo una situación desesperada.

- Es que... - me quedé un poco pensativo en si devería decirselo o no - n-no tengo dinero...

Por dentro empecé a rezar con todas mis fuerzas para que no se enfadase. Y tal vez por el miedo bajé de nuevo mis orejas.

Al escuchar su respuesta lo mire de reojo, sin quitarle mi dedo de la punta de su nariz.
-Entonces consiguelo, eso te pasa por robarme-respondí para luego quitarle mi dedo de la punta de su nariz. Me di cuenta que aun quedaba un poco, así que extendí mi brazo y agarre lo que sobraba con la mano para luego metermelo en la boca feliz-¿Algún comentario?-le pregunte para luego tragar lo que ya había masticado.

Me miró de reojo manteniendo su dedo en la punta de mi nariz. Dijo que esas eran las consecuencias de robarle el dulce, yo seguía con mis orejas bajas, me dijo que devía conseguir dinero, pero ¿cómo? ¿Qué podía hacer? No tenía ni ideade como conseguir dinero en la academia. Realmente me encontraba en una situación desesperada, había llegado a la escuela sin un duro y ahora me reclamaban dinero. Las cosas iban bien... Entonces vi como devoraba aquel pastel, me sentí desilusionado al no poder volver a recorren su superficie con mi dedo obtiendo así un nuevo trozo que poder comer. Entonces me preguntó si tenía algún comentario que hacer pero ¿qué podía decir? Quejarme no, estaba claro, ya que yo me había comido un trocito de su pastel ¿entonces qué? ¿me limitaba a asentir? Pues no, bueno, no del todo.

- Y ¿cómo podría conseguir dinero? - le pregunté un poco asustado por si me volvía a lanzar otra de sus miradas de enfado.

Yo suspire cansada al oir la pregunta, ¿cómo iba a saberlo? Todo el dinero que tenía era lo que encontraba, lo que no era muy a menudo.
-Piensa, ¿por qué tengo que hacerlo yo?-le respondí con una respuesta vaga, no queria admitir que yo tampoco tenía dinero. Lo había acabado todo hace unas semanas, es que al fin había salido el dulce que tanto esperaba. Era de chocolate blanco, aunque adentro tenía crema de chocolate y también se encontraba cubierto de miniconfites. En solo en pensar en ese delicioso dulce se me hacía agua la boca, era delicioso! Pero era muy caro y me había gastado toda la plata.
Me puse pensativa y sonreí al cabo de una nueva idea.
-Bueno... si queres te perdono ahora y no me das ninguna bolsa de dulces-le dije, primero vería su reacción antes de dar a luz mi plan.

Ella suspiró, ¿la estaba cansando? tal vez, me sentía un poco culpable al malgastar su tiempo de una manera tan tonta. Me dijo que pensase y eso hice pero ninguna idea vino a mi mente. Ahora si que estaba perdido ¿cómo se supone que...? ¡un segundo! dijo que me perdonaba por ahora... tal vez ese era mi salvación. No sabía cómo reaccionar en ese momento, había actuado como un completo idiota todo el tiempo en el que empezó esta escena de "devuélveme lo que es mío". Me sentí aliviado en después de oír aquellas plabras así que levanté mis orejas como señal de felicidad.

- ¡Muchas gracias! - le dije haciendo una pequeña reverencia. Quería compensarla de una manera pero ¿cómo? no tenía nada dulce... ¿o sí? rebusqué en mi bolsillo y encontré un chupetín, casualmente había encontrado mi forma de pago así que se lo di - Toma, un adelanto.

Cuando lo oí decir "Muchas gracias" iba a dar a luz mi plan, pero justo sacó un chupetín y dijo "Toma, un adelanto". Acepté el chupetín para luego sonreirle. Estaba siendo demasaido malvada.
-Gracias... ¿cómo te llamas?-pregunté, ahora que lo recordaba no nos habíamos presentado.

Ella aceptó el dulce y me sonrió, al parecer su enfado había desaparecido, o eso creía. Ese chupetín era demasiado poco, ella me dijo que quería una bolsa de dulces y la iba a tener, pero no ahora ya que no sabía dónde encontrar tan preciado tesoro. Entonces preguntó mi nombre, ¡es verdad! con todo esto no habíamos tenido tiempo de presentarnos. Así que estiré mi mano para esperar a que me la estrechara, ciertamente no sabía cómo saludar a una chica.

- Me llamo Inuki - le dije sonriendo tal vez un poco infantilmente. - ¿Y tú?

Yo asentí y se la estreche. Inuki... interesante nombre.
El saludó que había dado era demasiado formal para mi, pero si el queria... Ya que.
-MIzore y.... ¿acaso siempre saludas así?-le pregunté divertida, no parecía de los que saludaban así, o eso creía yo.
Después de estrecharle la mano me quede allí, no me molestaba estar en el suelo. Era uno de mis atributos.

Oí su nombre después de que mestrechara la mano, así que ese llamaba Mizore, me gustó su nombre. Así que no tarde demasiado en decirselo.

- Bonito nombre - sonreí. Aunque estaba tratando con una chica, no pude evitar tener una reacción natural.

Después me preguntó si saludaba siempre así. Se podría decir que sí, ya que aunque fuera hombre o mujer siempre le daba la mano, tal vez se lo había tomado un poco mal o tan sólo tenía curiosidad, de todos modos le contesté.

- Bueno... es que no sabía como saludarte. - pregunté algo tímido mientras me rascaba la nuca con mi mano izquierda.

En realidad tenía muy poca experiencia en tratar con chicas o ninguna se podría decir. Me sentía un poco nervioso, no sabía como comportarme así que intenté no hacer nada que pudiera molestarla, sólo me dediqué a mirar el suelo fijamente con los labios apretados.

Yo asentí sonriendo, pero al rato no pude contenerme al oir eso y reí. ¿No sabía como saludarme? No sabía por qué eso me hizo reír.
-Lo lamento...-le dije tapando mi boca con mi mano izquierda, pero seguia tentada-Es que... no puedo creer que no supieras como saludarme. Con un "hola" era suficiente".-al mismo tiempo que le decía eso lo despeine, ya se me había ido un poco la risa. O eso esperaba.

Rió, ¿de mí tal vez? Cuando la oí reír me sonrojé un poco de la vergüenza, ¿había quedado como un idiota al decir aquello? Posiblemente. Se tapó la boca y se disculpó, luego me dijo que con un simple "Hola" habría sido suficiente. Ahora lo captaba, era el no saber cómo actuar lo que le hizo gracia y no lo idiota que me hice ver en ese momento. Me sentí aliviado de que no se hubiera reído de mí y solté una pequeña carcajada. A continuación ella me despeinó.

- ¡Eh! - me quejé comicamente, después reí y decidí volver al tema que nos concernía - Te prometo quete daré una bolsa de dulces.

Reí cuando se quejo, e hice una mueca cuando me dijo que me prometía dar la bolsa de dulces. Era tentador aceptar, pero me negue a mi misma a no hacerlo. Baje la mano con que me había tapado la boca.
-No hace falta-le dije-Ya tengo muchos dulces.
Era verdad, tenía muchos. Pero, conociendome, me los iba a acabar enseguida.

Volvió a carcajear, lo cual me gustó. Me encanta la risa de las chicas, siempre me sonaban muy alegre y naturales. La miré con dulzura y entonces rechazó lo que le devía. ¿Pero por qué? Tan sólo era una bolsa de dulces, bueno si eso es lo que ella quería no podía oponerme.

- ¿Seguro? - pregunté - es una oportunidad única - le insistí, aunque no fuera una oportunida demasiado escasa.

De perfil escuche que me preguntaba si estaba segura y de que era una oportunidad única.
Meneé la cabeza.
-Segura, no te preocupes Inuki-le dije esto último mientras apoyaba mi cabeza en mi mano. Y mi codo en mi pierna.

Sonreí después de que dijera que no me preocupara. A continuación salí de debajo de la mesa, ya me estaba cansando un poco de estar en el frío suelo, pero cuando intenté ponerme en pie me di en la cabeza con la mesa. Finalmente me puse en pie y dolorido me froté en donde me había golpeado. Apreté los labios y miré hacia la mesa para que Mizore saliera de debajo y poder ver así su cara burlandose de mí alegremente.

- Ay... - me quejé.

Mire como salía de debajo de la mesa, noté que se había golpeado con la mesa la cabeza. No dije nada y salí yo también de debajo de la mesa, agarre el plato y el tenedor que anteriormente había usado para comer el pastel y los lleve hacia el mostraor donde debíamos dejar lo que ya habíamos usado para que ellos lo lavaran después. Lo deje ahí y me volví hacia Inuki.
-¿Qué haras ahora?-le pregunté mientras me metía en la boca el chupetín que él me había entregado antes.

Seguía frotando mi nuca dolorida, realmente me había dado un buen golpe y seguro que después me saldría un chichón. Poco a poco el dolor iba desapareciendo. Me senté en la mesa de caoba para esperar a Mizore ya que ella había ido a dejar su plato de comida en el mostrador para que lo lavaran. Miraba al suelo, pensativo, no podía creer que me hubiera atrevido a entablar una conversación con una chica, la cual había empezado tontamente. <<Tal vez lleguemos a ser amigos>> pensé mientras miraba al suelo con cara de emocionado y sujetaba fuertemente el trozo de mesa que quedaba entre mis piernas abiertas. Era genial pensar en tener una amistad femenina que me enseñara a comportarme con las chicas, ya que, ciertamente no tenía experiencia alguna. Entonces Mizore volvió y me preguntó que iba a hacer ahora y después se metió el chupetín que le regalé anteriormente. Tal vez eso era una señal de que podía entablar una amistad con aquella chica de cabello violeta.

- Pues... - pensé mientras miraba atentamente como se comía el chupetín, ¿realmente le gustó? Al parecer sí, así que sonreí dulcemente - realmente no lo sé, supongo que podría volver a mi habitación. ¿Y tú que vas a hacer? - me tocaba preguntar.

Me encogí de hombros.
-No lo sé, seguramente iba a ir a mi cuarto a aburrirme. No hay mucho que hacer aqui...-me queje haciendo una mueca y sentandome enfrente de él mientras ponía mis brazos sobre la mesa y apoyaba mi mentón sobre ellos. Lo mire nuevamente y sonreí-¿Queres hacer algo en especial?-pregunté, esperando su respuesta me enderece.

Vi como encogía sus hombros, lo cual me dijo que ella tampoco lo sabía. Me dijo que se iría su habitación porque aquí no había mucho que hacer y ciertamente tenía razón. En un comedor tan grande como aquel en el que cabían más de mil personas por lo menos no era el mejor lugar para pasar el rato.Se sentó frente a mí y me preguntó si quería hacer algo en especial. Me sorprendí ¿qué podía significar aquello? ¿Tal vez intentaba conocerme mejor? No lo sabía, de lo único que tenía conocimiento en esos momentos era mi cara la cara de idiota, sorprendida y sonrojada, con la que la estaba mirando.Bajé mi cabeza para mirar al suelo. No sabía que contestar, ciertamente ¿qué podíamos hacer? Esto de no saber tratar con chicas realmente era un problema. ¡Eso es! Tal vez ella me pudiera enseñar a comportarme.

- P-podrías enseñarme a tratar con chicas? - le pregunté

Me sorprendí ante esa pregunta, por lo cual me enderce y lo mire fijamente. Baje mi mirada dejando que mi pelo ocultara mi cara. Ahí reí.
-¿Queres que te enseñe a tratar con otras chicas? Bueno...-levanté mi mirada para quedar cara a cara-Depende con cuáles... dulces, amargadas, furiosas, serias... hay de todo tipo de chica, depende con cuál te quieras relacionar.
Al terminar de decir eso me puse en mi postura anterior y espere su respuesta.
-Pero, más simple, dime el nombre de la chica con que quieras hablar. Tal vez la conosca y pueda ayudarte...-había sacado esa conclución, tal vez no podía hablar con las chicas, aunque estaba hablando conmigo. Y yo era una chica, no entendía...